
Texto del diario La Prensa
Era estudiante y obrero de la construcción, tenía 33 años, era el mayor de siete hijos. Su mamá Paula Hernández, su familia, amigos y Nicaragua entera, lo recuerdan por sus anécdotas, su bondad, humildad, amabilidad y sencillez. Estudiaba inglés, tenía una meta muy clara y era cumplir su sueño de construir una casa y aprender el idioma inglés para poder superarse. Estaba trabajando para lograrlo.
La familia de Maycol y él, comenzaron a involucrarse más en las protestas a partir del 29 de abril, tras la muerte de Jeisson Antonio Chavarría, quién era primo de Maycol. El 30 de mayo nadie sabía que él iba a movilizarse a la marcha convocada, pues salió muy temprano a trabajar y no dijo nada. Su familia se fue en un camión que los dejó en el edificio de Movistar, allí mismo se llevaron la sorpresa de ver a Maycol. Esa fue la última vez que lo vieron con vida, en un mar de banderas azul y blanco.
Maycol logró llegar hasta la UNI, allí lo hirieron en el abdomen con arma de fuego. Algunas personas lo ayudaron a irse en una moto, que lo trasladó aún con vida al Hospital Metropolitano, pero no logró sobrevivir…